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Specialisterne Foundation

La Specialisterne Foundation es una fundación sin ánimo de lucro que tiene como objetivo crear empleo para un millón de personas con autismo/neurodivergentes a través del emprendimiento social, de la implicación del mundo empresarial y de un cambio global de mentalidad.

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Los Especialistas: Gerard

Jul 7, 2023

“El grado de implicación de todos en Casa Batlló está fuera de duda”

 

Gerard Gras (27 años) se define como una persona “extrovertida” y “abierta a todo tipo de nuevas experiencias”: le encanta viajar, jugar a tenis o a baloncesto con sus amigos, prepararse para correr maratones cada vez más ambiciosos, hacer voluntariados, tocar el piano, ir al teatro, aprender nuevas lenguas… su lista de aficiones es prácticamente infinita. Y, además, siempre está dispuesto a ayudar a los demás, a escuchar consejos de sus compañeros para mejorar su desempeño profesional, y, en definitiva, a superarse cada día para cumplir su sueño: trabajar como intérprete simultáneo en grandes eventos. Hoy, Gerard nos cuenta su historia de vida, sus sueños y sus metas más personales.

 

“Tuve una infancia muy feliz”

 

A Gerard le diagnosticaron “asperger” (en sus propias palabras) a los 2 o 3 años, porque sus padres detectaron “algunos tics y comportamientos diferentes”, y quisieron que le valorara un psicólogo. Sin embargo, nos cuenta que tuvo una infancia “muy feliz”, y que las dificultades en la escuela fueron mínimas: “El colegio me gustaba mucho. Sí que me costaba un poco concentrarme cuando los niños estaban más agitados, pero no recuerdo problemas importantes en esa etapa”.

 

De esta etapa, recuerda con especial cariño algunas actividades extraescolares, que le ayudaron a “abrirse más a los demás”: “Durante bastantes años fui a un aula de teatro. Gracias a las dinámicas de grupo, poco a poco me iba integrando más en el equipo y aprendía a expresarme públicamente y a interpretar diferentes papeles. También hice judo, y me encantó. Además, es un deporte muy recomendable para gente con autismo”.

 

Pero Gerard también disfrutaba enormemente de sus momentos de soledad, de practicar nuevas partituras en el piano o de ver durante horas películas de animales en diferentes lugares del mundo. La música siempre se le dio muy bien, e incluso sus amigos y familiares le animaron a dedicarse a ello: “Tocaba las piezas de memoria, las reproducía simplemente escuchándolas, y también sabía improvisar. Pero más adelante pensé que  dedicarse al piano era algo muy sacrificado, y que era un trabajo para gente que lo tenía muy claro”. El clima fue otra de sus grandes pasiones infantiles: “En los años 2000, sacaron una ‘Enciclopedia de la Meteorología’ en unas revistas que iban saliendo con el periódico, y a mí me encantaban. Mis padres me compraban todos los números. Aprendías los conceptos básicos y muchas otras cosas”.

“Todo lo que no hacía yo, nadie me lo daba”

 

En su adolescencia, Gerard pasó por una etapa complicada. En la ESO, las habilidades sociales se vuelven más importantes, y es más probable que ciertos grupos de amigos excluyan al diferente, al que no encaja tan bien con el resto. Gerard nos cuenta su experiencia: “Durante tercero y cuarto de la ESO, recibí comentarios negativos de los compañeros, y algunos tratamientos que desembocaron en bullying escolar. Creo que mucha gente con autismo hemos vivido esto. Además, no siento que los profesores me ayudaran. Es necesario que se intervenga más en los institutos, que se ayude más a los alumnos. Todo lo que no hacía yo, nadie me lo daba”.

 

Tras acabar el bachillerato (“hice el humanístico, por supuesto, ¡quería evitar las matemáticas a toda costa!”), llegaba el momento decisivo: ¿A qué dedicaremos el resto de nuestra vida? ¿Y qué deberíamos estudiar para conseguirlo? Gerard lo tuvo bastante claro: “Me atraían mucho las lenguas, especialmente el inglés. Hice el grado de filología inglesa en la UB, durante unos 5 o 6 años porque en algunos momentos me faltó más disciplina, y, posteriormente, el máster de traducción en la UPF. Me gustaban mucho las asignaturas de historia: las de las colonias británicas o las de literaturas postcoloniales. Y me costaban más las de fonética o fonología, que eran más tediosas. Pero me doy por satisfecho con el conocimiento global de la carrera”.

 

Gracias al estudio del inglés, viajar se convirtió en una de sus aficiones principales: “Fui dos semanas a Eastwood para unos cursos de inglés, y, después, estuve en dos campos de trabajo, uno en Austria y otro en Grecia. Fueron experiencias muy enriquecedoras. Todo era ayudar un poco a la infancia, eran aldeas con un poco más de dificultades, y, en las afueras de Atenas, estuvimos en un barrio más pobre. Éramos voluntarios internacionales e intentábamos jugar con los niños, hacer actividades de grupo, y también algo de turismo si podíamos”.

De pequeño ya se había iniciado en algunos deportes, pero, ya en la edad adulta, se interesó por el running: “Me sentí muy identificado con Jerry, otro de los Especialistas que publicó hace poco Specialisterne. Para mí correr es muy importante. Si paso dos días sin correr noto que mi estado anímico, mi equilibrio y mi entusiasmo sencillamente no son los mismos. He hecho dos maratones, y me gustaría hacer más. Son unos 43 kilómetros, y tienes que prepararte mucho, pero los que nos dedicamos a esto siempre esperamos la siguiente prueba con mucha ilusión”.

“El grado de implicación de todos en Casa Batlló está fuera de duda”

Gerard dio sus primeros pasos en el mundo laboral como profesor de inglés en una academia de Manresa, y, posteriormente, se lanzó a preparar su propio material formativo para dar clases particulares. Nos cuenta que nunca ha necesitado adaptaciones específicas en ningún lugar de trabajo: “Yo creo que tenemos que enfocarnos en aquello que somos buenos, y eso nos quita nervios de encima. Además, yo he enmascarado mucho, ya he aprendido muchas cosas y no dudo tanto a la hora de hacerlas. Aunque a veces sí que soy un poco perezoso, y me cuesta un poco ser concreto. Pero al final puedo hacer las cosas, como todo el mundo, me pongo a ello y ya está”.

 

Gracias a su psicólogo, Gerard contactó con Specialisterne y en poco tiempo hizo un test para entrar en el proyecto de Casa Batlló: “Lo mejor de los procesos de selección de Specialisterne es el nivel de detalle, haciendo honor a su eslogan, ‘Pasión por los detalles’. En ese cuestionario inicial nos hicieron preguntas relacionadas con mi formación, cosas de personalidad, aficiones, etc., y todo con el objetivo de conocer a la gente que entrará en el proyecto y buscar el mejor encaje posible”.

 

Además, explica que el proyecto de Casa Batlló fue un gran punto de inflexión en su vida: “Me encantó empezar a trabajar aquí, y el grado de implicación de todos está fuera de duda. También quería mencionar el coaching; hay diferentes tipos de soporte, por decirlo así, tanto psicólogos individuales, como redes de apoyo y otros tipos de acompañamiento. La idea es que no falta ayuda para quien la quiera pedir, tan sencillo y tan importante como eso”.

 

“Me gusta conectar con los demás”

 

Un poco más adelante, y viendo que Gerard había cursado filología inglesa y un máster en traducción, desde Specialisterne le ofrecieron la oportunidad de colaborar en el equipo de Comunicación como traductor. Gerard está muy agradecido por esta oportunidad porque le permite “seguir aprendiendo día a día. Además, es una muy buena puerta de entrada para otras posiciones o para irme al extranjero más adelante, que es otro de mis sueños”.

 

Porque, ¿cuál sería el trabajo ideal de Gerard? Lo tiene bastante claro: “Me encantaría dedicarme a la interpretación simultánea. Estás en una conferencia o en sitios así y traduces simultáneamente de un idioma a otro. Con mi hermana simulábamos estar en conferencias de Naciones Unidas y otros grandes eventos, y yo siempre decía: yo quiero verme ahí, yo quiero hacer esto”.

 

O, al menos, le gustaría que su trabajo fuera “dinámico” (como “freelance”, por ejemplo, en lugar de tareas más rutinarias) y que estuviera en contacto constante con gente, ya que, a pesar del estereotipo de la persona autista solitaria e introvertida, Gerard se define como un chico “extrovertido, con ganas de compartir cosas con gente, tanto en lo personal como en lo profesional. Me gusta conectar con los demás, estar en proyectos con otros equipos. Porque, al final, creo que hacer actividades solo y sin hablar con nadie me perjudica, en lugar de beneficiarme”.